Fascinoma se erige con una posibilidad seria en su primera edición
Durante el tiempo transcurrido entre la revelación de los primeros detalles sobre Fascinoma, hasta pocos días antes de su consumación, escuché opiniones diversas. El hecho de hacer un festival completamente nuevo en un lugar como Atlixco en Puebla, ponía en el papel un obstáculo visible para aquellos entusiastas de la electrónica subterránea, que de una manera u otra están sumidos en la monotonía de ciudad. Sin embargo, esto no impidió a una buena cantidad de gente emprender el viaje de dos horas y media hasta el destino poblano, matizado por un horizonte dónde se podía apreciar la inmensidad de los valles del lugar. En Digger, con ánimos de ser parte de este de propuestas nuevas, nos lanzamos al festival y a continuación pueden leer la visión particular de algunos miembros de nuestro equipo.
“Por cuestiones del tráfico de la Ciudad México, el viaje se demoró de manera imprevista, y fue así que llegamos al lugar entradas las 11 de la noche. Poco después del registro y de acomodarnos, corrimos para llegar a tiempo y ver a uno de los grandes favoritos del cartel: Machinedrum. A pesar de que muchos creían que iban a llegar a ver su famoso acto Vapor City Live, más tarde que temprano nos dimos cuenta que sería un live pero con temas de su más reciente acto. A decir verdad, creo que este fue un movimiento acertado, pues ya era hora de ver un acto distinto -por más que el Vapor City sea una de mis shows favoritos en general-, y cómo era de esperarse, lo hizo bastante bien.
Para ese punto, la noche empezaba a pintar exquisita y todavía faltaba mucho por recorrer. Después, nos movimos al otro escenario para ver a Delta Funktionen, del cuál había escuchado poco pero que varios me habían recomendado tiempo atrás. Más allá de que me gustó lo poco que escuché, las ansias me ganaron y me moví al otro escenario para esperar el ingreso de Kode 9. A partir de este momento, se rompió todo; con una maestría inusitada el comandante en jefe del sello Hyperdub, nos brindó una clase de mezcla, dónde había veces que se podían sentir secuencias de hasta cinco tracks al mismo tiempo. Desde hip hop hasta footwork de alta calidad, Kode 9 mantuvo bailando a todos durante cuatro horas seguidas, mientras en el horizonte se empezaba a pintar el alba de manera tenue; una de las perspectivas visuales más hermosas que me ha tocado ver en mi vida.
El siguiente día, hubo varios momentos clave: Dam-Funk con sus loops de sintetizadores que prendieron a propios y extraños para arrancar la tarde con todo, para cerrar con un: “Fuck Donald Trump”, la belleza de Extraños en el tren (a quién ya había visto alguna vez en Nrmal, pero que no paran de sorprenderme), el acto maniaco de Gaslamp Killer soltando frases cómo: “No se preocupen por Donald Trump, que seguro le van a meter una bala en la puta cabeza”, y para finalizar, Mala, (una de las más grandes expectativas por todo lo que ha hecho), que sin lugar a duda nos brindo uno de los shows para potentes de todo el festival; la gente no paró de bailar (hasta se podía ver a varios artistas del line up atrás del escenario, maravillados y bailando a todo gas).
Mi experiencia fue completa, y no me queda más que decir: ¡Larga vida a Fascinoma!” Yan
“Al suroeste de la ciudad de Puebla, algo lejos de la centralizada y contaminada capital de México, se gestó un festival de nueve letras, cuarenta y tres artistas e infinidad de sorpresas. El festival FASCINOMA, presentó un formato atípico que se convirtió en algo hasta utópico para los que buscaron romper con la monotonía de la ciudad y la comodidad acostumbrada. El centro vacacional IMSS Metepec en Atlixco, Puebla dio hospedaje a un acto de exploración – y explotación- a cargo de varios “capos” de la música electrónica; género que ha transgredido límites musicales para llevarlos a regiones inhóspitas de diferentes magnitudes, y que este fin de semana dio sustento de ello en dos escenarios. Las sensaciones eran diversas, la colindancia y cercanía de los lugares, la gente caminando por las instalaciones de lugar, los escases de filas largas y un clima etéreo generaron un entorno de comunidad que le dio al festival un valor agregado.
Travis Stewart A.K.A Machinedrum comenzó su show bajo una suave e inocua brisa entre el final del viernes y el comienzo del sábado para presentar su más reciente material “Human Energy”. Aventurado y transformado después de su etapa con Vapor City, Machinedrum, demostró ser una vez más uno de los productores extrasensoriales más esmerados para generar ambientes sobre diversas texturas de la electrónica y con unos visuales singulares – al parecer de Jimmy Edgar – nos entregó un acto que abrió el portal en el cual el festival tomaría forma. Con un ligero retraso y después de saborear un poco a Delta Funkitionen, Kode 9 iniciaba con uno de los mejores actos del festival. Steve Goodman dio muestra que el apetito de un genio junto a su virtuosidad pueden explorar las tesituras de la música electrónica a un nivel distinto donde las estructuras se destruyen para formar otra nuevas que parecen incoherentes. Para sorpresa y deleite de la mayoría, su set se alargó alrededor de 4 hrs. continuas donde Kode 9 parecía insaciable.
El día sábado tenía aun varios de estos músicos, quienes ya se habían adaptado a la vibra del lugar y se esforzaban para demostrar que el festival les encantaba. Por otra parte, en un pequeño auditorio, Extraños en el tren, se encargaba de cerrar el festival ECCO con una presentación irrepetible para los contados asistentes; y no muy distante de esta se acercaba la demencia de Gaslamp Killer quien se entregó por completo al escenario bailando y tomando el micrófono para dirigirse al público que no pudo responder mejor a un set tan ecléctico como el que tocó Benjamin Bensussen.
Llegaron los viejos sabios, Mr. Fingers caía como anillo al dedo con un live act de música house y soul que embelleció la madrugada del domingo. Un poco más tarde llego Mala quien provocó una de la escenas más memorables del festival al tener a Gaslamp Killer, Machinedrum y Kahn & Neek a sus espaldas bailando y acompañándolo durante de su set.
Sin duda Fascinoma abrió la puerta para una nueva experiencia y quien estuvo ahí, fue testigo de que así lo fue.” Ivan
No se puede llegar tarde a un lugar donde el tiempo no está avanzando. Aunque llegué 24 horas después de que Fascinoma había empezado, me tomó unos cuantos minutos acostumbrarme al lugar, al clima, a la gente y como en una noche de sueños intensos, todo acabó de un segundo a otro.
Dos escenarios perfectamente diseñados e integrados al boscoso paisaje de Metepec, el pueblo a orillas del Popocatepetl en Puebla, fueron el generador eléctrico que hizo olvidar el frío clima de la locación y que mantuvieron a los no muy cuantiosos asistentes moviéndose hasta bien entrado el mediodía del domingo.
The Gaslamp Killer me recibió con una bofetada de deconstrucciones musicales exponiendo una mente perversa, de gran bagaje y claro, desequilibrada.
Mala llevó el ambiente de un cochambroso hoyo londinense a los aires puros del pequeño pueblo poblano y dio un acto memorable que congregó a casi todo el festival alrededor suyo incluso ocupando el escenario secundario.
Recibí la salida del sol con el majestuoso acto de Lucy como fondo y me desperté temprano para escuchar un collage de bossa-nova, merengue, salsa y son cubano que lentamente fue despidiendo a los asistentes y que les recordaba nostálgicamente que sí, que había que regresar el mundo de afuera, a ese donde si corre el tiempo. / Miguel
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