Del despecho a los balazos: Cafe Tacvba y La Ingrata
Café Tacvba es el grupo que más veces he visto en vivo, no tengo la cuenta pero podría decir que más de 20.
El Vive Latino de 2016, y particularmente la presentación de Café Tacvba, me demostró cómo el feminismo arruinó mi vida. Porque siendo niña, adolescente y adulta cantando La Ingrata a todo pulmón resulta catártico para las que hemos sentido que nos duele el alma por despecho.
Y en ese concierto me emocioné hasta las lágrimas, cuando tocaron Alármala de Tos, por ver en las pantallas de un Foro Sol lleno, mensajes exigiendo alto a los feminicidios y a la violencia de género.
Pero acabó la presentación y yo sólo pensé: que La Ingrata habla de humillación y feminicidio. Y pues ahí, el feminismo, la noción radical de creer que las mujeres somos humanos, arruinó uno de mis shows favoritos.
Pero obviamente no es culpa del feminismo, ni de Cafe Tacvba.
Es culpa de esta sociedad y cultura misógina y feminicida que nos ha permitido percibir con normalidad que una canción hable sobre una mujer a quién se le puede matar y humillar y balacear pa’que le duela.
En palabras de Rubén Albarrán, vocalista de la banda:
“… las canciones son la cultura, y esa cultura es la que hace que ciertas personas se sientan con el poder de agredir, de hacer daño, de lo que sea.” Entrevista para el periódico La Razón en Noviembre de 2016.
Y todas nos vamos a subir al tren de la opinión sobre si es una exageración, sobre si los hombres también sufren violencia, que si las canciones no provocan violencia per se, que si muerte al reggeaton. Todas serán opiniones y son complejidades sociales que no se van a resolver pronto ni en este texto.
Pero hay una realidad que se refleja en la cultura digital en la que estamos inmersos, una muestra de que el machismo vive y es tan actual como en 1994, cuando los feminicidios en Ciudad Juárez.
Así, en 2017, el anuncio sobre la banda dejando de tocar y/o modificar esta icónica canción, ha provocado estas muestras del machismo y la misoginia más pura (sin olvidar el clasismo y racismo).