Papá, todos asociamos cosas muy particulares con nuestros padres, ya sean cosas buenas, malas, enseñanzas e incluso ausencias. Como todo en mi vida, mi papá también tiene su propio soundtrack, un grupo de canciones que al mismo tiempo que son suyas, formaron de manera estructural no solo mi gusto o sensibilidad musical, sino de la persona que soy.
Antes de empezar con esta serie a desmenuzar cada una de esas bandas o discos que me hacen pensar en el hombre loco y pasionudo que es mi padre, me gustaría contar un poquito de él. Mi papá creció en los sesentas, con un hermano mayor fanático de los Beatles, el pequeño Gustavito (mi papá) desayunaba, comía y cenaba con el “cuarteto de Liverpool” de fondo en su vida, no por elección sino por imposición, lo que le generó una hartazgo hacia la banda, sin embargo lo preparó auditivamente para no alejarse mucho de ese terreno (cuenta la leyenda que por llevar la contra a su hermano compró un disco de los Monkeys). Mi papá creció escuchando música en inglés, así que yo crecí escuchando música en inglés, con contadas excepciones que tocaremos en otra ocasión.