Enero de 2023, Dorset. Mientras la nieve se amontona en las puertas y las carreteras heladas se cierran, Emily Cross de Loma se encuentra en un ataúd, marcando el comienzo no de un final, sino de un renacimiento para la banda. Esta escena podría parecer sacada de una novela gótica, pero es el escenario real donde Loma decide revivir su espíritu creativo tras un hiato inducido por las circunstancias globales.
La historia de Loma y su tercer álbum, ‘How Will I Live Without A Body?‘, es tanto un relato de reunión como de descubrimiento. Tras el lanzamiento de su segundo álbum, ‘Don’t Shy Away’, en 2020, la banda —formada también por Dan Duszynski y Jonathan Meiburg— había dispersado sus caminos; Cross en el Reino Unido, Meiburg en Alemania, y Duszynski quedándose en Texas. La pandemia exacerbó la distancia, convirtiendo cualquier intento de colaboración en una lucha contra el aislamiento y la frustración.
Sin embargo, la determinación de Cross de no dejar que Loma se desvaneciera llevó al trío a reunirse en un antiguo taller de ataúdes en Dorset, convertido en un estudio improvisado. Con el frío como constante compañero, y vestidos con gruesos abrigos, Loma comenzó a desentrañar el nudo de pistas sin terminar y direcciones perdidas que habían acumulado. Lo que siguió fue un proceso de poda creativa, donde lo viejo daba paso a lo nuevo, influenciado fuertemente por el ambiente rústico inglés y el aislamiento del lugar.
Loma exploró nuevas direcciones musicales y se aventuró en colaboraciones innovadoras, como la inclusión de poesía generada por inteligencia artificial, inspirada en la obra de Laurie Anderson. Este elemento IA proporcionó letras para canciones como ‘How It Starts’ y ‘Affinity’ y dio nombre al álbum, en una epifanía que Duszynski reconoció como perfecta durante el turbulento proceso de grabación.
Musicalmente, ‘How Will I Live Without A Body?’ es una oda a la perseverancia y la transformación. Desde los sonidos capturados en una capilla del siglo XII utilizada como cámara de reverberación, hasta los instrumentales grabados en el frío taller, cada nota del álbum refleja un camino luchado y, finalmente, conquistado. Las canciones fluyen de acertijos sonoros a narrativas claras, formando un todo cohesivo que habla del viaje emocional y físico de la banda.
