César Costa, un nombre que resuena en la historia de la música mexicana, no solo por su talento sino también por su interesante relación con el cantautor canadiense Paul Anka. Nacido como César Antero Roel Schreurs en 1941 en la Ciudad de México, César Costa se convirtió en un ícono del rock and roll y un referente de la música en español.
Su primera incursión en la música fue como vocalista del grupo Los Black Jeans, fundado en 1956 por Diego de Cossío. César Costa se unió a este grupo en 1958, siendo este el inicio de su carrera musical. Los Black Jeans fueron pioneros del rock and roll en México, destacándose por realizar versiones en español de éxitos en inglés. En 1958, grabaron para la compañía discográfica Peerless temas como “La Batalla de Jericó” y “La Cucaracha”, siendo así los pioneros en grabaciones de rock and roll en México.
Posteriormente, cuando el grupo firmó con la compañía Musart, cambiaron su nombre a Los Camisas Negras. En este periodo, César Roel adoptó el nombre artístico de César Costa, en honor al director de orquesta Don Costa. Con Los Camisas Negras, César Costa grabó su primer y único LP en 1960, que incluía éxitos como “El Tigre”, “Fiebre”, “Mona Lisa”, “La Bamba”, y otros temas populares de la época.
Después de su experiencia con Los Camisas Negras, César Costa decidió emprender su carrera como solista. Esta decisión marcó un punto de inflexión en su vida artística, llevándolo a alcanzar un gran éxito y reconocimiento en México y otros países de habla hispana. Como solista, César Costa se destacó por su habilidad para adaptar canciones en inglés al español, especialmente las de Paul Anka, lo que le valió un lugar destacado en la escena musical de la época. Canciones como “Mi Pueblo” (versión de “My Home Town”) y “Historia de mi Amor” son ejemplos de cómo César Costa llevó la música de Anka al público hispanohablante.
La relación entre César Costa y Paul Anka tomó un giro inesperado cuando, en los años de sus éxitos musicales, un abogado de Anka llegó a México con una demanda legal por el uso de sus canciones. Sin embargo, este encuentro no terminó en los tribunales, sino en una amistad. Paul Anka, al ver el éxito de sus canciones en español en América Latina y España, reconsideró su posición. Desde entonces, se generó una amistad entre ambos, al punto de que Anka se considera el “César Costa canadiense“.
La carrera de César Costa no se limitó a ser un eco de la música de Anka. Con su estilo “crooner”, similar al de Frank Sinatra, y su característica imagen con suéteres de grecas, César Costa se forjó un camino propio en la música. Sus presentaciones y discos, como “Canta”, “Sinceramente” y “Para enamorados”, mostraron su versatilidad y capacidad para conectar con el público.
En su trayectoria, César Costa también exploró otros géneros y colaboró con diversos artistas, pero siempre mantuvo esa conexión especial con la música de Paul Anka.