Volvimos a Las Estacas y por ende una nueva edición del carnaval de Bahidorá. Música y fiesta hasta el amanecer. Durante tres días estuvimos expuestos a las luces radiantes del sol y de los escenarios que nos cautivan, el río de las estacas aún se mantiene cristalino y frío para darte un buen chapuzón. Bahidorá es un oasis entre el arte, la música y la naturaleza.
Tambien el recorrido de todo el venue en sí es una experiencia de día o de noche, nada se compara como ir a nadar en el rio, tomarse un gin dentro de una de las albercas. Cuando cae la noche un esencial es el videomapping o el recorrido nocturno del todo el arte que rodea Bahidorá.
Bahidorá, bello Bahidorá! llegar a tu carnaval es disfrutar de tres días de pura buena vibra, es uno de esos instantes en los que uno deja fluir y conecta con su alrededor. Este año el lineup fue frutal vimos de todo un poco; desde un pop mexa de la calidad con Budaya, el poder hipnotizo del jazz en Hiatus Kaiyote o el sonido sordo y atascado de un set de electrónico como John Talabot.
Otras de nuestras mágicas experiencias musicales fue el talento de Sama Abdulhadi, techno del duro y underground una sensación de ardor por la piel y deseo de baile hasta el amanecer, Mildlife por su parte tambien formó parte de nuestra ruta sonora, el poder del krautrock mezclado con jazz y psicodelía paralizó el escenario principal. Little Dragon otros de los espectaculares junto con Soichi Terada; ambos sets con químicas y emociones distintas pero que al final conectaron a todo un publico.