Rumbo a una nueva edición del Festival Marvin, ahora en versión online, les preparamos una retrospectiva de Los Pilotos previo a su presentación dentro de las actividades del festival.
Desde hace un tiempo que la música Latinoamérica tomó una fuerza increíble, no como producto de exportación, pero sí como influenciadora de nuevos ritmos e ideologías. La música hispana es hoy el vehículo más directo para transmitir discursos y sentimientos. Por eso resulta extraordinario que el dúo español Los Pilotos haya creado un puente, para visibilizar la riqueza idiomática y musical de los latinos.
Antes de hablar sobre alianzas, tratados y pactos es necesario partir desde el punto cero. Los Pilotos navegan bajo la imagen de ser un proyecto nuevo, pero llevan más de nueve años inventando sonidos, las dos mentes creadoras son Florent y Banin ambos son miembros y parte fundamental para el ruido hecho por de Los Planetas.
Si bien, el inicio de Los Pilotos fue en la música electrónica de tintes de futurista, sus primeros discos son la perfecta banda sonora para alguna de las crónicas marcianas de Ray Bradbury. Banin se ha declarado partidario de la ciencia ficción y adepto a las ideas del escritor (casi profeta) Aldous Huxley.
Tal vez es por estás influencias que estos dos músicos granadinos se lleven muy bien con la especulación y la estrategia. La muestra de esto es: Alianza Atlántica nombre de su tercer LP y que nada tiene que ver con la OTAN ni sus fuerzas militares, de hecho, el nombre lleva intrínseco un toque de ironía.
Esta Alianza Atlántica fue formada por artistas latinoamericanos: Javiera Mena, Mula, Mariana Montenegro, Little Jesus, Marcela Viejo, Algodón Egipcio, Pedrina y Pamela Rodríguez cantante peruana quien los estará acompañando en la reinterpretación de las canciones, para su presentación en el Festival Marvin. Todos ellos salieron de las listas de reproducción de Banin, quien por mucho tiempo se ha dedicado a escuchar puros grupos en español, algunos de ellos los conoció gracias a las giras de Los Planetas.
Más allá de ser un disco colaborativo es una forma moderna de sincretismo cultural, lleno de libertad, pues, tanto Banin como Florent siguieron las filosofías cretenses; unieron diferencias y distancias para luchar en conjunto, su principal misión era compartir orígenes y rasgos, como el idioma. Para la formación de este proyecto, dejaron fluir las realidades y lograron mostrar que cuando se trata de música no se necesita hablar de continentes y que realmente existe un sentido de universalidad musical.