“Deadly Class” (“Clase Letal” en algunos países) ha sido una de las mayores sorpresas recientes de las plataformas de streaming. Sin conseguir un gran renombre comercial, la serie ha adquirido una importante repercusión en determinados círculos; en parte por su idea original: crear una escuela de asesinos para jóvenes al estilo de “Hogwarts” de Harry Potter. También la ambientación en los años 80 le ha sabido dar un toque especial, incluyendo guiños a algunas películas de la época. Y, por supuesto, una cuidada banda sonora que recoge los temas de la citada década.
Desde luego, la serie lo tiene todo: desparpajo, atrevimiento, emoción, una excelente banda sonora… Por eso nos resulta incomprensible que no haya sido renovada. Sí, así es: la serie ha sido cancelada tras una primera temporada. Eso ha dejado a muchos fans huérfanos de este título (aunque puede seguirse su continuación a través de los cómics en los que está inspirada).
De todas formas, hay quien no se resigna y quiere una continuación. Es por ello que hay que ser imaginativo: además de verla y recomendarla (cuanta más audiencia tenga en las plataformas de streaming, más posible es que se replantee la cuestión), se puede, por un lado, acudir a diferentes influencers que aprovechan sus contenidos para comentar e incluso analizar series y películas, como hacen, por ejemplo, el jugador de poker Keith Becker en sus retransmisiones en Twitch o el profesor universitario Aaron Rodríguez Serrano en su canal de YouTube. Por otro lado, se pueden seguir y apoyar iniciativas como la de un fan que ha lanzado una petición en Change.org para su continuidad.
Temazo tras temazo
Pero centrémonos en la música. “Deadly Class” hace un notable repaso de los temas de los años 80; eso sí, al hablar de una banda de chavales poco adaptados y algo rebeldes, la banda sonora se centra, principalmente, en temas más rockeros y electrónicos, sin hacer ascos a otros géneros cuando el momento argumental lo requiere. El primer episodio ya sienta las bases de lo que nos vamos a encontrar: The Cure, para darle un tono oscuro a la historia y el contexto, y varios temas de New Order; además de contar con Sisters of Mercy y Echo & The Bunnymen.
A medida que la historia avanza, la convivencia en la peculiar escuela se “riega” con temas de Iron Maiden, Ice-T o Run DMC, pero también incluye melodías más comerciales, como de Duran Duran o el clásico “Lady in Red” de Chris De Burg. La música del compositor Nathan Matthew David se convierte en un hilo conductor muy repetido en diversos capítulos, como si acompañase al protagonista en su devenir.
Sin dejarse, casi, ni un clásico
El quinto episodio, “Saudade”, es para muchos el mejor de todos (aparte del final); en él, nuestro equipo preferido de alumnos se desplaza a Las Vegas en una misión que no tiene como objetivo, precisamente, disfrazarse de Elvis, sino solucionar un peliagudo asunto pendiente de Billy. Para guiarnos en esta surrealista historia, nos acompañará la banda sonora de Madness, The Cult, Depeche Mode y a un David Bowie interpretando “Let’s Spend the Night Together”, compuesta por Mick Jagger y Keith Richards: una canción con historia propia.
La serie sigue y Depeche Mode, junto con Descendents, van tomando un papel importante en la forma de narrar las desventuras de estos peculiares estudiantes. Al mismo tiempo, se introducen algunos clásicos de la época que ya echábamos a faltar, como The Smiths, Joy Division u Ozzy Osbourne. La elección de Radiohead para los créditos del último episodio con su “Pyramid Song” es más que acertada.
“Deadly Class” no es la primera en introducir música de otras décadas para la historia haciendo una cuidada selección; ya lo hemos visto en películas como “Los Guardianes de la Galaxia” y otros títulos. Pero, tal vez, esta serie, además de elegir muy bien la música, destaca por su forma de retratarnos la época y los personajes con su banda sonora. Esperamos de verdad que consiga, finalmente, la continuidad para seguir disfrutándola.