Los rituales son parte de la vida familiar prácticamente de todos, ya sean rituales positivos o negativos. Así, las actividades habituales se llenan de significado y enriquecen nuestra de vida de diferentes maneras; en muchas ocasiones, estos rituales trascienden la generación en la que son creados y pasan a la historia familiar de manera generacional. Intercambios navideños, desayunos en conjunto y cada quien podrá tener recuerdos particulares o rituales arraigados que se lleva consigo a donde vaya.
Mi papá instauró en mi familia un ritual particular, que ahora a mis casi 30 años, me parece inimaginable no repetirlo. Todo empezaba con las vacaciones, ya fueran de un fin de semana a visitar a la familia en otro estado o ir a la playa; preparar el auto, empacar, guardar eran actividades comunes, sin embargo, el viaje no podía iniciarse sin un pequeño e importante objeto: el casete de Money for nothing de Dire Straits.
Corte a los recuerdos para una breve historia de Dire Straits.
Formada en Londres por Mark Knopfler, John Illsley (únicos miembros que permanecieron toda la vida de la banda), David Knopfler y Pick Waters, Dire Straits es una banda de rock con power guitars y tintes de blues. Su primer disco homónimo se publicó en 1978 que incluye “Sultans of swing“, una joya de guitarra inconfundible que se aleja de lo que convencionalmente se encuentra en la música británica y toma elementos del country americano.
Tanto su disco homónimo como Communiqué (su segundo álbum) fueron discos exitosos, que alcanzaron niveles de platino (tiempos aquellos en que los discos de oro y platino importaban); pero fue con Brothers in arms, su quinto disco, lanzado en 1985 que Dire Straits se volvieron realmente famosos. Todos alguna vez en la vida hemos escuchado su canción emblemática “Money for nothing”, soundtrack la generación X. El éxito de Brothers in arms fue contundente y la banda no lanzaría nada por 6 años, hasta su último disco de estudio On every street en 1991 y 4 años después se separarían para buscar proyectos solistas.
Hablemos un poco en “Money for Nothing”: 1985 fue un gran año para los vídeos musicales, donde podemos destacar “Don’t you” de Simple Minds y “Material Girl” de Madonna, sin embargo, es a-ha con la maravilla que es “Take on me” y Dire Straits con “Money for nothing” quienes realmente marcaron lo que sería recordado lo que era MTV (cuando realmente era music television) para la posteridad. Ambos vídeos innovando con técnicas de animación, le volaron la cabeza a toda una generación de espectadores que encontraron en los vídeos algo más que pequeñas historias cursis. “Money for nothing” tuvo todo para convertirse en un éxito: un inicio expectante, seguido de un riff inconfundible, además de la colaboración de Sting en vocales, incluso una letra controversial.
Regreso a mi historia inicial. Mi papá no tenía toda la discografía de Dire Straits y sólo tenía su recopilación de Money for nothing, y ese era el disco encargado de musicalizar todos y cada uno de los viajes familiares. No lo ponía inmediatamente que salíamos de casa, ese no era el momento para que los guitarrazos ochenteros lo inspiraran al volante, ponía alguna otra cosa o nos dejaba escoger música a nosotros. Pero en cuanto salíamos a la carretera y los terrenos rurales comenzaban a aparecer, era el momento en que “Sultans of swing”, “Down the waterline”, “Portobello belle” y así todo el álbum comenzaba a sonar. Y de esta manera es como escucho las carreteras de México: pienso en los paisajes y escucho la voz de Mark Knopfler y viceversa, los escucho sentada en la oficina, cierro los ojos y veo el asfalto oscuro, las nubes y la sensación de velocidad.
El ritual llegó al punto que el disco perdió su nombre, cuando éramos niños, mis hermanos y yo no sabíamos cuál era la banda que tocaba, pero sabíamos a la perfección cuál era el “disco de carretera”, a la fecha le llamamos así, la portada oscura con la banda iluminada de Knopfler son sinónimo de viaje.
Ningún viaje que haga sola o en familia podrá estar completo sin por lo menos un track de ese álbum, así el año pasado en un roadtrip con amigos, no pude evitar agregar “Sultans of swing” a la playlist que nos llevaríamos, porque la carretera y Dire Straits son para mi un binomio inseparable, donde no están completas una sin la otra.
Finalmente como dato curioso, mi familia no es la única que tiene esa asociación.
Para entrarle a Dire Straits ?