Indio, California, se convirtió en el epicentro musical que nadie esperaba este 21 de abril donde el escenario principal de Coachella, se transformó en un símbolo de unión con Carin León y Molotov. Carin León, conocido por su música regional mexicana, decidió colgar su sombrero vaquero y enfundarse en una cachucha para unirse a Molotov durante su presentación este fin de semana.
Desde el inicio del set, el escenario principal presentaba una transformación visual impactante: las pantallas gigantes mostraban una gran barda que imitaba el muro fronterizo entre México y Estados Unidos. El ambiente se intensificó cuando sonidos de patrullas fronterizas se mezclaron con los primeros acordes de “Frijolero”, provocando una ola de aplausos y vítores entre la multitud diversa de Coachella.
Carin León, visiblemente emocionado, exclamó: “¡Que viva el rock, que viva el rock en español!” Sus palabras marcaron el tono de lo que sería una noche de declaraciones musicales y culturales. A su lado, Molotov, con su característica energía rebelde, se adueñó del escenario, complementando la voz de León en “Voto Latino” y, por aclamación popular, en “Puto”.
Lo notable de la noche fue cómo ambos artistas lograron transformar un símbolo de división en uno de unidad y celebración cultural. La audiencia, compuesta por fans de ambas bandas, coreó cada letra con un fervor que trascendía lo musical; se convertía en un acto de solidaridad y resistencia.
Entre canciones, las pantallas mostraban imágenes del “muro” cubierto con grafitis de los logos de Carin León y Molotov, y debajo, la palabra “Coachella” destacaba como un recordatorio de que la música tiene el poder de derribar barreras, tanto físicas como imaginarias.
