Fotos: David James Swanson
El regreso de Jack White con su proyecto solista tuvo que esperar ocho años pero cada segundo de esperar valió la pena gracias a su espectacular apuesta en escena.
Si algo hay que descatar en este show este show fue la excelente ejecución de instrumentos el ensamble de White toca de manera elegante y fortísima. Previo al show del músico de oriundo de Detroit se presentó Cat Power en un show sobrio pero que cumplió con las expectativas.
Bajo el azul que detona toda la faceta de White como solista, el escenario se convierte en un templo de rock & roll. Este fue un show que permea la idea de que el rock no ha muerto.
Fear of the Dawn y Taking Me Back abrieron la noche en la que Jack White destruyó sus guitarras en ardientes riffs así como en grandes melodías en su piano. Además de mostrar ese rock/country de sus álbumes en solitario White se da el tiempo de recordar a The Dead Weather, The Raconteurs y The White Stripes, estos últimos con más canciones en el show.
Dead Leaves and the Dirty Ground, Black Math, Hotel Yorba, Cannon, I Think I Smell a Rat, I Cut Like a Buffalo, Little Bird, We’re Going to Be Friends, Steady, as She Goes,Fell in Love With a Girl Y Seven Nation Army fueron las elegidas para recordar los proyectos éxitos del pasado de Jack White.
El lado de solista también tuvo su protagonismo Jack White es un demente en escena y conduce su live act en un concierto ruidoso y explosivo, la fórmula perfecta del rock que poco a poco pierde fuerza ante otros géneros de moda.
Love Is Selfish, Sixteen Saltines, Blunderbuss, Missing Pieces, What’s the Trick?, A Tip From You To Me, What’s Done Is Done y The White Raven exploraron el profundo azul que ha tomado White como su color ideal.
Jack White es adrenalina y esperemos pronto verlo retomar sus viejos proyectos o seguir azulando nuestros corazones con su música como solista.