Sin tener ningún orden específico, preparé una lista de los discos de electrónica y música experimental lanzados durante el año, que más me gustaron.
Esta selección no respeta ningún tipo de línea, es un recorrido que transita por diversas avenidas sónicas que no congenian unas con otras: bien puede ser pop experimental, encallando después en techno fracturado, bien puede ser lo fi house, que desencadena en ambient.
Un amplio rango de opciones que son más un registro personal, que una relación cualitativa o comparativa.
A continuación puedes checar la lista completa,
Amnesia Scanner – Another Life – (PAN).
Una de las joyas electrónicas del año, vienen de la mano del dúo berlinés, cuyo acto pudimos presenciar en la edición más reciente de Mutek México; esta entrega que sabe a oda post apocalíptica, conjuga líneas atmosféricas y melódicas, con elementos rítmicos caóticos para crear piezas sublimes pero a la vez convulsas.
Un disco que merece la pena escucharse de principio a fin a modo de apreciar su progresión sonora, desde una perspectiva más amplia.
Yves Tumor – Safe In He Hands Of Love – (Warp Records).
Probablemente, Sean Bowie sea actualmente uno de los talentos del ámbito experimental con más reflectores de por medio; sin embargo ésto no es casualidad, además de sus sencillos y su disco anterior –cuya recepción superó las expectativas–, esta nueva entrega confirma un presente y un futuro prometedor.
Safe In The Hands Of Love dice mucho de la personalidad creativa de Yves, por momentos cautivadora, seductora, enigmática y en otros, disruptiva. Una posición desde donde aborda la exploración del sonido con puntadas de pop, techno, ambient industrial, avant garde y más.
ZULI – Terminal – (UIQ).
ZULI es una de las gratas sorpresas del año, el oriundo de Egipto nos brinda en Terminal (disco lanzado a través del conocido sello de Lee Gamble, UIQ) un álbum donde el hip hop es el ingrediente primario, en el que se perciben tintes folclóricos, tribales e inevitablemente políticos (relación inherente al rap).
Los cortes de este disco son cambiantes en términos de ritmo, pero lo que sí es que mantienen una línea que los relaciona unos con otros en cuanto a esencia. La forma en que el contexto social influye en las formas de creación, puede ser visible o no, sin embargo en algunos casos es determinante.
Ross From Friends – Family Portrait – (Brainfeeder).
Ante la creciente ola de popularidad del lo fi house en el circuito electrónico y la escena dance, (en donde más de un productor se dio a conocer mediante YouTube) Ross From Friends ha destacado por méritos propios.
Los temas contenidos en Family Portrait, que están cargados atmósferas y melodías deslavadas, inequívocamente remiten a un sentimiento de añoranza. Ésa es la piedra angular del género, claro, pero aún así sabe brindarle un sello distintivo que contagia la imperiosa necesidad de escucharlas en la pista de baile.
Objekt – Cocoon Crush – (PAN).
En cuestión de estructura, el techno puede abordarse desde ángulos diferentes: lo hay lineal (predecible), de construido (inconexo y caótico) e incluso lento e hipnótico. En Cocoon Crush, la sensibilidad sonora de TJ Hertz se pone a prueba al máximo, demostrando una vez más que su relación personal entre productor musical y escucha, no están alejados, van de la mano.
El resultado no es arriesgado, simplemente se trata de una faceta que se aleja de las construcciones lineales y busca una experiencia de apreciación musical que trasciende las tipificaciones convencionales de un track de techno. Éso hace de este disco, uno de los mejores del año en cuanto a electrónica se refiere.
Djrum – Portrait With Firewood – (R&S Records).
Garage, techno, jazz y atmósferas ambient son algunos de los elementos que se perciben en la nueva entrega de Djrum, que además hace uso de melodías de piano como elemento integrador.
Portrait With Firewood es un álbum que denota madurez en la búsqueda de un sonido propio, una característica ya alcanzada en su anterior entrega, pero cuya continua progresión pinta un panorama musical exquisito. Una joya que no pasó desapercibida en 2018 y que subraya las cualidades del productor inglés.
Bruce – Sonder Somatic – (Hessle Audio).
Esta entrega es el debut discográfico del productor británico, cuyo ingenio logra una convergencia entre ritmos histéricos y rebajados, eso sí, con la pista de baile como único interlocutor.
Una de las jóvenes promesas del techno, cuya realidad es innegable con Sonder Somatic.
Oneohtrix Point Never – Age Of – (Warp Records).
Si bien OPN ya es considerado un estandarte de la experimentación musical desde hace años, cada nuevo disco nos muestra que su ingenio y visión creativa no tiene límites para abordar narrativas conceptuales diferentes.
Age Of es un obra de arte en toda la extensión de la palabra, que merece un análisis más particular que técnico.
Helena Hauff – Qualm – (Ninja Tune).
Si hace veinte años nos hubiéramos preguntado a qué sonaría el techno del futuro, probablemente este sea uno de los mejores ejemplos.
Esta entrega plagada de sintetizadores hipnóticos y atmósferas obscuras, es el cenit creativo de la productora originaria de Hamburgo, y nos brinda una mirada al presente de la pista de baile y su dirección de cara al futuro inmediato.
Kelly Moran – Ultraviolet – (Warp Records).
La improvisación en la composición musical siempre ha sido considerado un elemento clave en la obtención de nuevos paradigmas.
Mediante este precepto, Kelly Moran hace de Ultraviolet un trabajo que recorre territorios ensoñadores donde el recurso melódico a partir de una base instrumental, lleva la batuta y marca el paso de los demás componentes del disco. Un recorrido ambiental donde la calma y la tensión comparten una delgada línea.