El cartel del Ceremonia era perfecto; tenía todo, desde propuestas mexicanas emergentes emocionantes como el productor de trap mexicano BrunoG, el artista canadiense conocido como River Tiber y el músico de electrónica de Portland, Floating Points; hasta nombres de gran calibre, como Björk, M.IA., Nicolas Jaar, Beach House o Vince Staples.
Había hip-hop, algo de rock, trap, techno, ambient, y muchas otras propuestas que podrían haber hecho a la quinta edición del evento, una de las más propositivas en el país. Algo que ya venían haciendo desde el principio.
Todo iba a la perfección, hasta el sábado 1 de abril en la mañana.
A unas horas de que el festival abriera las puertas al público; el viento destrozó una parte del escenario principal. Y supuestamente, la tragedia ocurrió mientras la banda de M.I.A. estaba haciendo pruebas de sonido, lo que ocasionó que la artista, decidiera cancelar su presentación, lo que al mismo tiempo, ocasionó que otros artistas y agrupaciones decidieran hacer lo mismo.
La gente ya había empezado a llegar al lugar cuando todo esto sucedía. Pero por obvias razones, las puertas al foro se mantenían cerradas. La gente al principio esperaba pacientemente en una fila, pero mientras las horas pasaban y el sol azotaba con más fuerza; la impaciencia se volvió un lugar común.
Comenzaron a rondar fotos del escenario en mal estado en redes sociales, y los rumores se empezaron a esparcir. La gente formada se desesperó, y en su frenesí aventaron rocas y botellas de vidrio. Inclusive le hicieron daño a la valla de metal que les impedía entrar. No fue sino hasta que cerca de las 4 de la tarde, que se anunció la cancelación del evento.
La gente en el Foro Dinámico Pegaso poco a poco lo fue aceptando, y fue despejando el lugar. Pero las redes sociales explotaron con odio, despecho y rencor. Todo parecía un mal sueño; una trágica realidad alterna, pero desgraciadamente todo era una realidad.
Muchos, en negación, decidieron tomar los OXXO, 7-Eleven y las gasolineras de los alrededores para empezar su propio festival, mientras que otros, decidieron irse a sus casas, abatidos, tristes y enojados. Muchos de ellos, viajarían cientos de kilómetros a sus hogares en provincia.
Sin embargo, el Ceremonia no se daría por vencido; no podía. Ya habían perdido millones de dólares, y sobre todo credibilidad. Por eso, cerca de las 8 de la noche, comenzó a circular un rumor hecho hashtag: #CeremoniaenDomingo, y después de horas de especulaciones, se hizo oficial, el festival se realizaría al día siguiente.
Muchos artistas que estaban en el cartel ya habían dejado el país, y otros simplemente no querían lidiar con sus organizadores, por lo que el inmenso cartel de Ceremonia se redujo considerablemente. Y por supuesto, muchos se quejaron, otros exigieron y miles odiaron, pero muchos otros, le dieron una oportunidad al evento.
Los horarios de esta nueva edición del festival no parecían tener sentido, ¿James Blake abriendo un escenario?, ¿BrunoG antes que MIJA?, ¿Snakeships después de Banda Bastön y Simpson A Huevo?, pero no importó. A pesar de todo el turbrulento día 1 de abril, el Ceremonia logró salvar un poco de su credibilidad, y algo de dinero.
Tayrell nos hizo bailar como nunca en el Camp Roswell, James Blake nos rompió el corazón abriendo el escenario azul, Sotomayor trajo los ritmos latinos al festival. Por su parte, la Banda Bastön y Simpson Ahuevo pusieron lo mejor del hip-hop mexicano. Rey Pila y River Tiber le dieron un toque de rock al Ceremonia, y lo mejor de todo serían los dos últimos actos de los tres escenarios.
En el escenario rojo estaría Majid Jordan conquistando miles de corazones con su sensual R&B, quien le serviría como acto de apertura a Björk, que no sólo traía a la orquesta 100% mexicana con la que se había presentado en el Auditorio Nacional, sino que también estaba acompañada por Arca, el productor y DJ que le ayudó a componer y producir Vulnicura.
Podría decirse que el show de Björk, que incluyó fuegos artificiales, arreglos espectaculares de Arca en vivo, y muchos “Gracias” de la cantante islandesa, redimió al festival. Todo mundo parecía encantado con lo que veían en el escenario VANS, desde los videos en las pnatallas, hasta el vestido casi extraterrestre de la cantante, y por supuesto, el increíble setlist que incluyó “Joga”, “Unravel”, “Isobel”, “Bachelorette” e “Hyperballad”.
En el Camp Roswell, BrunoG, el infame productor de trap y hip-hop en México, haría perrear a todos los que estuvieran cerca para escuchar sus beats. Y por supuesto, Marea Stamper, también conocida como The Black Madonna, terminaría lo que había empezado el productor, con sus mezclas que oscilaban entre el disco, el acid house e inclusive algo de techno.
Por otro lado, en el escenario azul, Nicolas Jaar hipnotizaría a todos los asistentes con sus mezclas extrañas y ambientales. Todo su set fue un viaje que hizo que la gente se olvidará de que era domingo, y que el día de mañana se tenían que levantar temprano para seguir con sus rutinas. Pero la adrenalina regresaría para cerrar el festival con Underworld, el legendario dúo de techno de Inglaterra que se encargaría de darle a la audiencia una buena dosis de fiesta.
Así terminaría el infame Ceremonia en Domingo, y respondiendo a la pregunta del título, creemos que Ceremonia sí merece otra oportunidad. Sí, estamos de acuerdo con que nos quitó muchas horas de nuestro tiempo, dinero de viajes innecesarios y hasta nos quemó dejandonos al sol, pero una propuesta como la del Ceremonia, no puede morir.