Jon Brion, tal vez el mejor músico del mundo

Compositor, productor, arreglista y multiinstrumentista. Eso y aún más es Jon Brion, uno de los secretos mejor guardados del pop actual. Un virtuoso al que puedes bautizar como el Phil Spector del siglo XXI sin temor a que te acusen de sacrílego.

Su prestigio es enorme, especialmente en la industria musical norteamericana, donde ha trabajado como productor o arreglista para gente como: Elliot Smith, Aimee Mann, Kanye West, Eels, Marianne Faithfull, Tom Petty, Rufus Wainwright o Best Coast; por citar solo unos cuantos nombres.

Es, además, uno los autores más venerados por los siempre exigentes fans de bandas sonoras para películas. Y no sólo por sus logros. También por la habilidad y buen gusto que ha demostrado para enrolarse en proyectos de prestigio, siempre de la mano de directores reputados y en películas de raigambre indie como Magnolia, Punch- Drunk Love o la celebrada Eternal Susnshine of the spotless mind, donde sus composiciones están a la altura de la belleza bucólica del film.

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Pero más allá de su indudable brillantez como autor de scores, Brion ha cimentado su reputación imbatible por sus trabajos como productor y arreglista. Ahí es un gigante.

Muy pocos productores de la actualidad son capaces de infiltrar un sonido idiosincrásico en cada canción con la que se relaciona. Esa es precisamente su bendición y su condena, porque su personalidad sonora es tan poderosa que se impone sobre las canciones de los artistas con los que trabaja.

Pero resulta indudable que su estilo mayestático -siempre elegante, nunca pomposo- ha sido decisivo para que algunos discos de los artistas que produce estén entre los más cautivadores de los últimos años.

Un buen ejemplo es  ‘When the Pawn…’, el segundo álbum de Fiona Apple. Un disco para el que Jon construyó un sonido vibrátil, repleto de breaks trepidantes  que conviven con soberbios arreglos de cuerdas sin perder un ápice de expresividad pop.

Otra demostración de que el sello de Brion es inmediatamente reconocible la puedes encontrar en su colaboración con Kevin Barnes, alma, corazón y vida de Of Montreal.

Barnes, conocido por su meticulosidad y poco dado a compartir créditos con nadie, ha reconocido que solo a Jon Brion puede permitirle lo que hizo con el remix de la canción First Time High, transformada aquí en una joya de pop exuberante, de sonido orgánico y arreglos refinados.

Pocas cosas dicen tanto de la variedad de recursos y la capacidad de asimilación de Jon Brion como su aclamada colaboración con el insaciable Kanye West. En el álbum Late Registration (2005), los arreglos y la producción de Brion brillan por su compendio de ubicuidad, cohesión y audacia, especialmente por sus panorámicos arreglos de cuerda.

Las colaboraciones con el añorado Elliot Smith, también ayudaron a cimentar la leyenda de Jon Brion como “músico de músicos”. Lo demuestra el intento (fallido) de promover un show para la televisión por cable en el que Brion tocaría con algunos de sus artistas favoritos, emulando sus legendarios shows mensuales en el club Largo at the Coronet de Los Angeles.  Se grabó un piloto (dirigido y financiado por Paul Thomas Anderson, nada menos) en el que Jon y un ya maltrecho Elliot unen sus talentos bigger than lifeNinguna televisión se interesó por el proyecto y nadie pudo disfrutarlo hasta que Anderson lo subió a You Tube en 2013. Es una joya que dignifica el Internet:

Pero Brion también es capaz de componer en clave pop y defender sus propias canciones como intérprete. Tras su paso por el grupo de culto The Grays en los 90, edita en el año 2001 el único álbum bajo su nombre hasta la fecha. El disco se llamaba Meaningless y es una soberbia colección de canciones que pone de manifiesto que ese genio semioculto llamado Jon Brion tiene todo el POP en su cabeza. Bendito sea.

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