Una muestra imposible es el nombre que se le da a la exposición que reúne los trabajos de tres de los grandes pintores italianos del renacimiento: Rafael, Leonardo y Caravaggio.
Este nombre viene de la imposibilidad de reunir estas pinturas en un solo lugar, por ejemplo La Última Cena que originalmente se encuentra sobre un muro en el templo de Santa María de las Gracias en Milán; o la Mona Lisa de Leonardo que es casi imposible observarla a detalle desde el cristal que lo separa del público en el museo de Louvre.
Gracias a una técnica de ploteo y posterior impresión en alta calidad, se pueden apreciar detalles de las pinturas que ni en el museo donde se encuentran originalmente podríamos distinguir. Todas las obras están reproducidas en dimensión real lo que permite al público tener la experiencia más cercana posible a ver las pinturas originales.
La muestra permite al público acercarse en el sentido físico a estas obras e interactuar con ellas de una manera que antes era imposible imaginar: las selfies y el flash están permitidas. Con esto se pretende una nueva apreciación del arte clásico donde cada vez es más costoso el mantenimiento de las grandes obras y es una de las razones por las que no las sacan de su país de origen.
Puede que estemos ante el futuro de las exposiciones donde los detalles saltan a la vista y son casi palpables, aunque aún quede por resolver cómo podemos sentir lo que los expertos llaman el “alma” de una pintura. Una muestra imposible se presentó hasta el mes de abril en el CNA, Churubusco y Tlalpan, sin embargo se espera que haya otra temporada próximamente.