Ságan desintegra el mar en la tierra con “Sal”, su nuevo sencillo

Ságan desintegra el mar en la tierra con “Sal”, su nuevo sencillo

Desde la publicación en 2015 de Cada célula, su EP debut, Ságan ha demostrado que tiene un musical totalmente distinto al de cualquier acto colombiano. Siendo una banda con una experimentación electrónica como parte del cimiento musical de su proyecto, su catálogo poético suele estar permeado de términos tomados de disciplinas científicas como la astrología, la química, la física y la astrofísica. Después de Cada célula, en el que los  sonidos telúricos se entremezclaban con programaciones siderales, la banda presentó su primer SEGUNDO álbum II en 2018. Ságan ha sido invitada a presentar su música en importantes escenarios como el Festival Estéreo Picnic, Almax, Lollapalooza, KEXP (USA), Estéreo Beach, MaMA (Francia), Kaputt (Perú), el Festival Centro, SXSW (USA), entre otros. Ahora, después de un tiempo de aprendizaje y crecimiento musical el dúo conformado por María Mónica Gutiérrez y Felipe Ortega Blanco ha empezado a adelantar nueva música como parte de su próxima aventura discográfica, presentándonos un par de sencillos en 2022 y coqueteando con nuevas sonoridades en “Sal”, que ahora presentan.  


“Sal” juega con una construcción melódica más espaciada y minimalista, sobre la que destaca la delicada voz de María Mónica Gutiérrez quien, sedienta, se acerca al objeto de su deseo con el anhelo de recibir más por parte de su bien amado. “Sal” presenta un sonido fragmentado que simula las texturas salinas del agua en la tierra, explorando la sensación de estar sediento y a la espera de un sosiego. Jugando con la imagen de la sal que sobrevive en el suelo tras la evaporación de las olas sobre la arena, Ságan construye una delicada metáfora sobre la necesidad de encontrar agua, abundancia y fluidez en una relación que aún tiene algo que ofrecer dado caso que decida sobreponerse al flagelo incesante de un sol ardiente y cegador. “Quise hablar sobre la sensación de evaporarse para unirse con algo más grande, de volverse aire nuevamente y dejar lo tosco, dejar la sal”, explica María Mónica Gutiérrez. “La canción habla de dar saltos grandes, de la transmutación y de saber que estamos hechos de energías contradictorias y complementarias, y que como el mar, compuesto de agua y sal en el mar, somos interdependientes entre energías opuestas”, complementa.

Producida por Felipe Ortega, “Sal” resalta la armónica fusión entre beats electrónicos y las texturas orgánicas de la tierra, marca diferencial del dúo, haciendo que penetre en el oyente una sensación conocida, abriendo sus sentidos y relajando su mente. Sin embargo, la canción no está en función de la máquina, sino que los paisajes electrónicos fragmentados, resaltan con eficacia el anhelo de la persona que busca y no encuentra sino sal entre sus manos. “En ‘Sal’ tuve un proceso de grabar texturas reales de piedras, papel, metales, maderas y procesarlos para que fueran parte de la percusión y los arreglos rítmicos. De esa manera, lo electrónico genera una sensación natural, cálida y conocida, excitando los sentidos”, añade Felipe Ortega. “En gran medida mi búsqueda como artista es la de buscar la estética adecuada por medio de la textura sonora y, en esa medida, hacer consonancia con un estado emocional que Maria me comparte. En esta ocasión utilizamos métodos creativos antes no explorados y, a pesar de que María Mónica estuviera en Londres, creo que tuvimos una sinergia muy especial en la forma de hilar las ideas y las emociones que teníamos”, concluye.

Por ello, los beats y sonidos que componen esta canción reflejan lo minúsculo de las partículas salinas y sus formas en el agua, además de su relación interdependiente con el mar. De esta manera, Ságan construye una metáfora sonora de los polos opuestos entre lo húmedo y revitalizador del agua y lo desértico y mustio de la salinidad. “Sal” hace parte de una nueva colección de canciones con las que Ságan nos ha venido tentando desde 2022 y que cristalizará en un nuevo trabajo discográfico. “Sal” estará acompañado de un videoclip generado con inteligencia artificial, creado por Tomás Silva, que saldrá unas semanas después del lanzamiento de la canción. En el clip se retrata este sentimiento dual que determina la identidad estética de la canción.