Desde hace más de una década, Busty and the Bass ha perfeccionado una fórmula donde el soul, el funk y el jazz convergen con la electrónica. En 2025, la banda regresa con The Mannequin, un EP que no solo invita al baile, sino que también plantea una crítica al actual modelo de la industria musical. Con cinco canciones que exploran diferentes sonidos y texturas, el grupo canadiense pone sobre la mesa un cuestionamiento sobre la autenticidad en tiempos de algoritmos y estrategias de mercado.
El título del EP juega con la idea de cómo los artistas se convierten en productos prefabricados, moldeados por las exigencias de plataformas y tendencias fugaces. Sin embargo, Busty and the Bass elige no solo señalarlo, sino también apropiarse de ese concepto para transformarlo en arte. Cada track es un microcosmos de influencias y experimentación sonora, manteniendo su esencia groovy y sofisticada.
Un viaje sonoro en cinco actos
Las cinco canciones de The Mannequin se pasean por diversos estilos, mostrando la versatilidad del grupo:
- “Lucky (Song 7)” abre con una vibra nu-disco, marcada por un groove pegajoso y capas vocales hipnóticas.
- “I’m Not Here” se adentra en un funk downtempo, con armonías cuidadas y una instrumentación que evoca la introspección.
- “Over Under” sorprende con un aire de psicodelia folk sesentera, alejándose momentáneamente de la base funk habitual de la banda.
- “Fourth Wall” apuesta por una improvisación jazzística donde cada instrumento brilla con total libertad.
- “Heads Talking (Outro)” cierra el EP con una exploración instrumental que se siente como un viaje cinematográfico.
La evolución de Busty and the Bass
A lo largo de su trayectoria, el grupo ha trabajado con figuras icónicas como George Clinton y Macy Gray, además de contar con la producción de Neal Pogue (Outkast, Tyler, the Creator). Con la reciente incorporación de Jordan Brown como vocalista, la banda ha sumado nuevos matices a su sonido, explorando registros más refinados sin perder su identidad festiva.