Muere Chuck Mangione, leyenda del jazz a los 84 años

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Chuck Mangione, uno de los grandes nombres del jazz contemporáneo, muere el martes 22 de julio de 2025 mientras dormía tranquilamente en su casa, según confirmó un portavoz cercano a su familia. Tenía 84 años y dejó un legado inmenso y multifacético, marcado por su virtuosismo en el flugelhorn, dos premios Grammy, una discografía prolífica que abarcó varias décadas y una inesperada pero entrañable participación como él mismo en la serie animada King of the Hill, que lo acercó a nuevas generaciones que quizá no crecieron escuchando jazz, pero sí lo reconocieron al instante por su característico sonido.

Originario de Rochester, Nueva York, Chuck Mangione creció en un ambiente profundamente musical, influenciado por una familia apasionada por los discos y la cultura sonora. Desde pequeño, se rodeó de vinilos de jazz que su padre coleccionaba con dedicación. Durante su infancia, fue testigo de cómo grandes figuras del jazz como Miles Davis, Sarah Vaughan, Art Blakey o Carmen McRae llegaban a su hogar para compartir una cena familiar. Esa costumbre de tener a los gigantes del jazz en la mesa moldeó su visión de la música como algo cotidiano, accesible y al mismo tiempo extraordinario. Junto a su hermano Gap, formó el grupo The Jazz Brothers, y más tarde se graduó de la prestigiosa Eastman School of Music, donde eventualmente regresaría como educador para fortalecer y expandir el programa de jazz de la institución. Su compromiso con la educación musical fue tan firme como su carrera profesional, y muchos lo recuerdan también por su faceta como mentor.

Su álbum Feels So Good, lanzado en 1977, lo catapultó al éxito comercial masivo en un momento en el que el jazz buscaba nuevas formas de conectar con audiencias amplias. El tema homónimo alcanzó el segundo lugar en el Billboard y se convirtió en un emblema del jazz-pop setentero. Su melosa melodía, su estructura relajada y el sonido inconfundible del flugelhorn hicieron que “Feels So Good” fuera usado en películas como Doctor Strange, Fargo, y en comerciales memorables como el de Memorex con Ella Fitzgerald. Incluso fue parodiado y homenajeado en otros programas de televisión, reafirmando su estatus como un fragmento permanente de la cultura pop. Aunque su estilo era accesible y pegajoso, su música nunca sacrificó complejidad ni sensibilidad artística, logrando un raro equilibrio entre lo popular y lo refinado, lo emocional y lo técnico.

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Chuck Mangione

El legado de Mangione también dejó huella en el ámbito deportivo y en la forma en que la música acompaña momentos históricos. Su composición “Chase the Clouds Away” fue seleccionada como parte del soundtrack de los Juegos Olímpicos de Verano de 1976, dotando al evento de una atmósfera emotiva y esperanzadora. En los Juegos de Invierno de 1980, celebrados en Lake Placid, interpretó en vivo “Give It All You Got” durante la ceremonia de clausura, consolidando su estatus como figura relevante dentro y fuera del ámbito musical. Su capacidad para traducir emociones universales en melodías instrumentales le abrió puertas en espacios poco comunes para los jazzistas tradicionales.

A lo largo de su carrera, obtuvo 14 nominaciones al Grammy y se llevó dos estatuillas: mejor interpretación instrumental pop por Children of Sanchez en 1979, una obra conceptual que abarcaba múltiples estilos y narrativas musicales, y mejor composición instrumental por “Bellavia” en 1977, una pieza dedicada a su madre. En 2012, fue honrado con su ingreso al Rochester Music Hall of Fame, un reconocimiento más a su influyente y diversa trayectoria. Muchos de sus discos son considerados esenciales para quienes buscan entender la evolución del jazz moderno y su fusión con otros géneros.

Uno de los aspectos más recordados por el público más joven fue su aparición en King of the Hill, donde Chuck Mangione se interpretaba a sí mismo como portavoz del ficticio Mega Lo Mart. Su personaje, siempre acompañado por el eterno eco de “Feels So Good”, se convirtió en un guiño recurrente que mezclaba humor con respeto hacia su legado musical. La forma en que la serie incorporó su imagen y música no fue casual; fue un testimonio de cómo su obra había trascendido al punto de ser reconocida incluso fuera del mundo del jazz. Su presencia en la animación sirvió de puente entre generaciones, mostrando que la buena música encuentra formas inesperadas de mantenerse vigente.

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