Hoy se anunció el deceso de Rafael Acosta Córdova, músico fundamental en el desarrollo del rock & roll en México y cofundador de Los Locos del Ritmo, una de las agrupaciones pioneras en adaptar dicho género al contexto cultural hispanoamericano. La pérdida de Acosta representa una inflexión significativa en la narrativa del rock en español, dado su papel clave en la introducción y asimilación del lenguaje musical anglosajón dentro de los marcos expresivos latinoamericanos.
La noticia se divulgó mediante su cuenta oficial de Facebook, donde se enfatizó su legado artístico y la vigencia de su influencia a lo largo de seis décadas de actividad profesional. A lo largo de su trayectoria, Rafael Acosta destacó por su multifuncionalidad como baterista, compositor y actor estratégico en la consolidación de una identidad sonora mexicana dentro del universo global del rock. Su participación reciente en el Vive Latino 2025 evidenció su persistente capacidad de convocatoria y la vigencia de su propuesta musical. En sus últimos años, integró el ensamble Los K’comxtles, desde donde seguía articulando su visión artística.
Los Locos del Ritmo, fundados a finales de la década de 1950, jugaron un rol articulador en el proceso de hibridación entre el rock norteamericano y las sensibilidades culturales de México. Interpretaciones como “Tus ojos” y “La bamba”, adaptaciones estilizadas que incorporaban elementos del repertorio estadounidense, se convirtieron en vehículos de traducción estética para una generación que comenzaba a configurar sus propias formas de consumo musical. En este ecosistema, Acosta—afectuosamente denominado “el loco mayor”—funcionó como catalizador de un cambio cultural profundo.
Su muerte simboliza la desaparición de una voz activa dentro del campo del rock nacional, caracterizada por un compromiso ideológico con la libertad creativa y una ética performativa que privilegiaba la conexión emocional con la audiencia. No obstante, su obra permanece activa: desde los registros discográficos hasta las memorias colectivas en torno a sus actuaciones en vivo y declaraciones públicas, donde exponía su visión sobre el quehacer musical.
Uno de sus últimos mensajes al público fue replicado como testamento simbólico: “Por favor, por favor, no dejen que el rock & roll salga de sus corazones nunca”. Esta consigna sintetiza su propósito artístico y refuerza su carácter pedagógico en la historia del rock mexicano.