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Entre luces góticas y pasión pop: Gene Loves Jezebel llega a México

Entre luces góticas y pasión pop: Gene Loves Jezebel llega a México

A días de su presentación en Ciudad de México junto a Christian Death este 5 de diciembre, charlamos con Jay Aston, voz y fundador de Gene Loves Jezebel, sobre inspiración, memoria, cambios de alineación y lo que esperan del público mexicano. Una banda que marcó una era y que, cuatro décadas después, sigue adelante con la misma intuición creativa que los vio nacer.

Para Aston, cada canción nueva es una aventura distinta. No piensa demasiado en mantener un equilibrio entre lo romántico y lo áspero, entre la sensibilidad pop y la energía gótica: simplemente deja que cada pieza marque su propio camino. El pasado solo regresa cuando toca esas canciones en vivo; ahí es donde revive viejas emociones. Pero la esencia —asegura— nunca se pierde, porque siempre está en el presente, en lo que escribe ahora, incluso si esas canciones nuevas nunca llegan a sonar ante miles de personas.

Cuando recuerda los años ochenta, su memoria se enciende en los primeros pasos. El origen en Gales, la mudanza a Londres, el primer contrato, la primera vez que escuchó su música en un disco, los primeros tours. Para él, la verdadera magia terminó alrededor de 1985. Después llegaron los presupuestos enormes, los hoteles lujosos y la maquinaria de la industria, y aunque hubo buenos trabajos, la sensación cambió por completo. Su Gene Loves Jezebel favorito sigue siendo el del periodo entre 1979 y 1985, donde la emoción era auténtica y la ambición aún no había contaminado el espíritu.

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También habla sin rodeos de los cambios de alineación. Con los años ha perdido amistades, confianza y paciencia, pero no la perspectiva. Para Aston, la esencia de la banda terminó cuando dejó de compartir escenario con su hermano. Lo que vino después —dice— son caminos separados disfrazados de continuidad. Aun así, no lo dice con amargura, sino como alguien que ya entendió que las cosas solo pueden ser lo que son.

Su presente es muy distinto: una banda afilada, una voz sólida y un público que ha cambiado. Viene de tocar en un festival gótico enorme en Houston donde encontró una audiencia llena de energía, joven y vibrante, muy lejos de los estereotipos del goth inmóvil y vestido solo de negro. Por eso llega a México con expectativa y curiosidad genuina. Sabe que es terreno nuevo, pero también sabe que su show puede encajar de forma natural con un público que celebra lo oscuro desde la vitalidad, no desde la solemnidad.

Aston dice que llegará con todo: voz, actitud, energía y un grupo que lo acompaña con la misma intensidad. Y remata con algo que solo él podría decir con esa mezcla de humor y certeza: “Estoy vivo, emocionado, en plena forma. Tengo mi voz, mis dientes, mi pelo… y muchas ganas”.

Este 5 de diciembre, esa vitalidad llegará al escenario. Y si algo queda claro después de escucharlo, es que Gene Loves Jezebel sigue adelante porque su historia, lejos de terminar, todavía encuentra formas nuevas de encenderse.

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