Cuando una artista no solo cambia con el tiempo, sino que lo redefine, sabes que estás frente a alguien verdaderamente especial. Lady Gaga no es solo una estrella del pop; es un fenómeno cultural, una performer nata y una voz que ha sabido tocar las fibras del alma colectiva.
A pocos días de sus esperadas presentaciones el 26 y 27 de abril en el Estadio GNP, hacemos un repaso por sus momentos más emblemáticos —de The Fame a Mayhem— que nos recuerdan por qué verla en vivo es algo que simplemente no te puedes perder.
Desde Just Dance y Poker Face, Gaga marcó el inicio de una nueva era pop. Con The Fame (2008), nos mostró un universo de excesos, sueños y estética futurista. Su ascenso fue tan rápido como su impacto: irreverente, visual, inolvidable.
Luego llegó Born This Way (2011), una declaración directa de amor propio y aceptación. Con ese disco, Gaga no solo nos puso a bailar, también nos hizo reflexionar, consolidándose como una figura de empoderamiento global.
En ARTPOP (2013) desbordó creatividad pura, mezclando lo digital, el arte y el cuerpo en una fantasía visual. Joanne (2016) nos mostró a la Gaga más vulnerable, más real, sin perder un ápice de fuerza emocional.
A eso le siguió su impresionante incursión en el cine con A Star is Born, donde Shallow nos hizo cantar con el corazón roto. Después, Chromatica (2020) nos devolvió a las pistas de baile en plena tormenta emocional y pandémica.
Y ahora, con Mayhem (2025), Lady Gaga se sumerge en el caos artístico con una propuesta cruda, desafiante y eléctrica. Guitarras, sintetizadores distorsionados y letras afiladas nos llevan a un terreno nuevo que solo ella podría conquistar.