El nuevo disco de Deftones, Private Music, me ha provocado mucha nostalgia. Me impresiona que un álbum nuevo despierte en mí un tiempo que solo ha existido en mi imaginación. No escuché a Deftones en mi adolescencia, por lo tanto no tengo recuerdos juveniles ligados a sus primeros discos. Empecé a escucharlos de manera consciente cuando supe que tenían una colaboración con Maynard James Keenan, y el primer álbum que escuché completo fue Koi No Yokan en 2012.
Cinco años después de su último lanzamiento, la banda regresa con un trabajo que abre con My Mind is a Mountain. La canción funciona como un portal hacia la memoria: suena a un Deftones que se trenza sobre sí mismo para luego irse deshilando poco a poco.
La tercera pista, Ecdysis, fue la que me llevó directo a la nostalgia. Me recordó a los 15 años, cuando pregunté en un MixUp por el Brown Album de Primus. Esa entrada de bajo, tan característica de la banda de Les Claypool, se expande como humo en el espacio. No es casual que el título aluda al proceso en que los reptiles mudan de piel: dejar atrás lo que fuimos para revelar lo que ahora somos.
Mientras leía reseñas sobre el álbum, encontré la eterna discusión sobre si Deftones es nu metal o shoegaze, y qué revela de ti la respuesta que elijas. Para mí, Deftones es sex metal, y lo confirmé al escuchar la quinta canción, Souvenir:
“We’re hurdling through space
Embracing the night,
discovering each other’s ways
Keep warm here beside me,
holding you tightly.”
Una de las particularidades de Deftones, que no encuentro en otras bandas de metal, progresivo o nu metal es precisamente esta conexión con el deseo. La exhalación de la voz de Chino Moreno eriza la piel, se desliza como un susurro íntimo y a la vez poderoso. Y de pronto, regresan con una canción absolutamente romántica: I Think About You All the Time, un himno nuevo para compartir con la esperanza de que nuestras intenciones sean correspondidas. La producción de Nick Raskulinecz, conocido también por su trabajo como productor de Foo Fighters, se percibe con claridad en esta pieza.
Canción tras canción, Deftones entrega un álbum impecable. Es un trabajo que combina lo etéreo con lo visceral, lo sensual con lo brutal. Private Music refuerza la identidad de la banda. Escucharlo es habitar un espacio donde la melancolía se funde con el deseo y la memoria con el presente, recordándonos por qué Deftones se volvió una de las bandas más influyentes de nuestra generación.
