A unos días de que Boris regrese a México para celebrar las dos décadas de Pink, conversamos con Atsuo, quien abre la puerta a un momento decisivo en la historia del trío japonés. En esta gira, la banda no solo revisita un álbum clave del doom, noise y experimentación moderna; también se enfrenta al desafío de tocar canciones que siguen transformándose, aun cuando nacieron hace 20 años.
Al preguntarle qué emociones aparecen al interpretar Pink hoy, Atsuo responde con honestidad. “Estoy dando todo de mí igual que hace 20 años. Es difícil porque no quieres cometer errores. Después de la pandemia se nos sumó público joven, y quiero dar lo máximo para que este público que aumentó lo disfrute”.
Celebrar el aniversario del disco con una gira mundial trae consigo un reto claro: conectar tiempos que parecen opuestos. Para él, esa dualidad es parte del encanto. “Estamos tocando tanto para los que no pudieron escuchar Pink en esa época como para la gente de hoy. Queremos disfrutar una nueva experiencia. Tengo la esperanza de conseguir emociones nuevas”.
En el escenario, Boris quiere recrear la intensidad del 2006 sin quedarse atrapado en la nostalgia. Atsuo lo explica desde un enfoque casi físico. “El repertorio será el mismo que en 2006, como en el álbum llamado Pink Days. Dedicamos 20 años a esto. Las expresiones van cambiando, los métodos y todo. La música en nuestros cuerpos es como si fuera una máquina musical. Aunque son las mismas canciones, es como si estuviéramos tocando nuevas, porque en cada presentación surgen cosas nuevas e improvisamos”.
La charla también lleva a un terreno más íntimo: la amistad y la dinámica interna después de tantos años de giras y proyectos paralelos, Atsuo lo resume con sencillez. “Viajar y vivir de innumerables maneras nos ha hecho ser amigos. ¿Qué hacemos juntos? Vivimos nuestras vidas para atravesar el recorrido.
A dos décadas de su lanzamiento, Pink sigue vivo no por nostalgia, sino porque Boris lo toca como si estuviera naciendo otra vez. Y en cada show —incluido el que darán este 2 de diciembre en México— esa energía vuelve a demostrarse.
