High Violet: La oscuridad y la belleza emocional de The National
The National regresa a la CDMX acompañado de The War On Drugs previo a este gran show recordamos y viajamos al pasado para recordar lo que fue High Violet a 14 años de su lanzamiento.
Lanzado en 2010, High Violet marcó un punto de inflexión para The National, consolidando su estatus como una de las bandas más importantes del indie rock. Este disco no solo reafirmó su capacidad para capturar la angustia y la introspección en sus letras, sino que también expandió su sonido hacia terrenos más complejos y sofisticados, con un equilibrio entre oscuridad y melodía que resonó en audiencias de todo el mundo.
Desde sus inicios, The National había creado una identidad sonora que se caracterizaba por la voz grave de Matt Berninger, líneas de bajo melódicas y guitarras atmosféricas. Sin embargo, con High Violet, la banda se aventuró a explorar capas más densas y texturas orquestales que añadieron un nuevo nivel de dramatismo a su música. Canciones como “Terrible Love” y “Bloodbuzz Ohio” ejemplifican esta evolución, con un enfoque más grandioso que no sacrifica la emotividad que siempre ha definido a la banda.
El éxito del álbum radica, en gran parte, en la forma en que sus letras abordan temas de desesperanza, ansiedad y la complejidad de las relaciones humanas. Las canciones de High Violet son confesiones íntimas que se debaten entre el caos y el orden, donde Berninger utiliza su distintiva voz barítona para contar historias de desarraigo y búsqueda de significado. Con frases cargadas de dolor como “I was afraid I’d eat your brains, ’cause I’m evil,” en “Conversation 16,” y otras que evocan nostalgia y anhelo como “I still owe money to the money I owe” en “Bloodbuzz Ohio,” el disco logra transmitir un espectro emocional que pocos álbumes de su época alcanzaron.
A nivel musical, The National incorporó arreglos de cuerdas y metales que contrastan con la sobriedad melódica de las guitarras y la percusión precisa de Bryan Devendorf. Esta combinación da como resultado un sonido expansivo que parece abarcar tanto la tensión como la liberación, llevando al oyente a un estado de introspección profunda. Canciones como “England” y “Vanderlyle Crybaby Geeks” se desarrollan como paisajes sonoros que construyen atmósferas densas, pero a la vez, accesibles, conectando con las emociones de una manera casi visceral.
High Violet también representa un momento crucial en la trayectoria de la banda, no solo por su éxito comercial (debutando en el top 10 de varias listas internacionales) sino porque estableció a The National como un referente dentro de la escena alternativa y del indie rock contemporáneo. El disco fue un punto de unión entre la crítica y el público, recibiendo elogios por su capacidad para equilibrar complejidad artística con una vulnerabilidad cruda que resuena con cualquier oyente.
La belleza de High Violet radica en cómo refleja las contradicciones humanas. A través de sus letras y arreglos, logra capturar la tensión entre lo mundano y lo trascendental, lo hermoso y lo doloroso, la desesperanza y el consuelo. Más de una década después, el álbum sigue manteniendo su impacto emocional intacto, consolidándose como una obra maestra del indie rock y un testimonio de la habilidad de The National para convertir el caos emocional en un arte que trasciende generaciones.
En definitiva, High Violet es un disco que, más allá de sus complejidades y matices sonoros, invita a sumergirse en la oscuridad de la existencia y, al mismo tiempo, encontrar destellos de belleza en medio de ella. Un reflejo de la madurez de The National y su capacidad para crear música que permanece en la memoria colectiva, incluso cuando el eco de sus notas se desvanece.