El regreso de Blink 182 para saldar su deudas de cancelación en CDMX cad vez está más cerca, por eso es el pretexto perfecto para recordar un álbum olvidado por muchos. Cheshire Cat es el álbum que Mark Hoppus usó para conocer a un verdadero fan en su última gira por LATAM y al no responder no le firmó sus discos.
Para que no te agarren en curva aquí lo que dejó el segundo disco de Blink a casi 30 años de su lanzamiento.
Cheshire Cat captura la esencia rebelde de los años 90, una década marcada por movimientos alternativos y subculturas juveniles. Blink-182 logró capturar este espíritu en canciones como “Carousel” y “M+M’s”, donde el trío hablaba sin filtros sobre temas que resonaban entre los jóvenes: el desencanto, las relaciones y el anhelo de libertad. Su sonido, marcado por guitarras veloces, bajos prominentes y una batería intensa, se convirtió en un sello distintivo que ayudó a definir el sonido de una generación de adolescentes que encontraban en esta música un refugio y una vía de escape de la rutina.
Aunque las letras de Cheshire Cat pudieran parecer simples, abordaban experiencias universales y emociones profundas que conectaron fácilmente con su audiencia. Blink-182 no buscaba transmitir mensajes complejos ni crear composiciones intrincadas; su autenticidad radicaba precisamente en su crudeza y honestidad. Canciones como “Fentoozler” y “Touchdown Boy” se volvieron himnos de esa actitud despreocupada y ligeramente irreverente, estableciendo las bases del humor y la ligereza que caracterizarían a la banda en sus lanzamientos posteriores.
Aunque Cheshire Cat no tuvo un impacto inmediato en las listas de popularidad, su influencia se extendió con el tiempo y ayudó a construir una base de seguidores fieles para Blink-182. Este álbum fue clave para abrir el camino hacia su segundo trabajo, Dude Ranch, y el exitoso Enema of the State, que los catapultaría al estrellato global. Para muchos fans, Cheshire Cat contiene la esencia más pura de Blink-182: una mezcla de vulnerabilidad y rebeldía que, con los años, se ha convertido en una pieza fundamental en la historia del pop-punk.
Cheshire Cat es el primer rugido de una banda que más adelante alcanzaría una gran relevancia en la música alternativa. En un mundo donde muchos discos debut pasan desapercibidos, este álbum sigue siendo un testimonio de la frescura y originalidad de Blink-182, que, sin saberlo, estaba dando inicio a una de las trayectorias más influyentes del pop-punk.