Pocas colaboraciones tienen el poder de unir arte y activismo de la manera en que lo han hecho Björk y Rosalía con su nueva canción “Oral”. Esta pieza no es solo un encuentro de dos iconos musicales, sino también un grito de guerra en defensa del medio ambiente.
La historia detrás de “Oral” es tan fascinante como la canción misma. Björk, siempre una figura emblemática en la música y el activismo, encontró la inspiración para esta canción perdida entre sus obras de finales de los 90 y principios de los 2000. La casualidad quiso que, mientras estaba de gira en Australia, la palabra “oral” captara su atención en la televisión, llevándola a redescubrir esta joya musical.
La colaboración con Rosalía añade una dimensión fresca y contemporánea a la canción. La producción, en la que también participó Sega Bodega, culmina en un video dirigido por Carlota Guerrero, donde ambas artistas empuñan espadas, simbolizando quizás la lucha contra las adversidades ambientales.
Pero “Oral” es más que una canción; es un acto de activismo. Los ingresos generados por este tema apoyarán la lucha legal contra las operaciones de salmonicultura de propiedad extranjera en Islandia, una causa que Björk ha defendido apasionadamente. Este año, la artista se unió a trabajadores agrícolas y otros ciudadanos en una manifestación en Reykjavik, destacando el impacto ambiental negativo de las granjas de salmón en los fiordos y la vida silvestre nativa de Islandia.
La unión de Björk y Rosalía en “Oral” no es solo un hito musical, sino también un poderoso recordatorio de cómo el arte puede ser una fuerza para el cambio. A través de su música, estas artistas no solo entretienen, sino que también educan e inspiran a tomar acción por un mundo mejor. En un tiempo donde el activismo ambiental es más crucial que nunca, “Oral” resuena no solo en nuestros oídos, sino en nuestros corazones y mentes, instándonos a ser parte del cambio que queremos ver en el mundo.
