Si amigos, pasen, siéntense. ¿Les sirvo un café? Tenemos que hablar.
Hace ya algún tiempo que su nombre suena en cada una de las esquinas y no solo por el lanzamiento del sencillo que la lanzó a la fama “Bodak Yellow”. Todo está sucediendo tan rápido, un día estaba reconstruyendo su vida tras perder un empleo en un Amish Market de NY y al segundo siguiente ya estaba sentada justo a un lado de Anna Wintour en la primera fila del NYFW.
Su voz y sus rimas no solo hicieron que la entrega de los Grammys nos llevaran de vuelta a 1994 junto a Bruno Mars, ese ni siquiera es su hit más escuchado en plataformas (y vaya que el Remix de Finesse ya suena hasta en los mercados de la CDMX). No. Su canción más popular es una colaboración con el reaggetonero Ozuna con rimas en inglés y versos perfectamente pronunciados en español. Cardi B nos vende más que eso: Cardi B es la nueva cara del carisma personificado, de la inclusión afrolatina en el mundo del hip hop. Parece imposible enamorarse de sus redes sociales, de su actitud desenfrenada y en total desacato, de su personalidad honesta y de la sinceridad con que cuenta su vida… pero ¿es realmente merecedora del lugar que se le está dando? Nadie duda de su talento ni de lo mucho que le ha costado llegar hasta donde está pero hay medios que ya la nombran la nueva Nicki Minaj, la nueva Lil Kim. Discúlpenme amigos. Tenemos que hablar.
¿La nueva Lil Kim? Si, podemos captar la idea: es sumamente agresiva y explota su sexualidad de una manera que nos recuerda mucho a la protegida de Biggie Smalls, pero el flow está algo alejado de la agresividad con las que nos sorprendió Lil Kim en los noventas.
¿La nueva Nicki Minaj? Puede que visualmente encontremos grandes similitudes pero estamos siendo algo apresurados al compararla con aquella que lleva al menos 3 años sin grabar algún un disco propio y aún así atasca los charts con un solo verso como invitada.
Este texto no busca demeritar en absoluto ni la carrera ni los esfuerzos que Cardi B ha tenido que enfrentar, mucho menos su talento pero justo el ímpetu con el que estos tiempos efervecen un tren del mame puede resultar sumamente peligroso no solo para las referencias arriba usadas (y que han sido usadas en diferentes ocasiones por más de un medio de comunicación) sino también para la carrera de la misma Cardi B.
Cardi tiene un estilo diferente, un carisma que te impacta y te atrapa y ya quieres ser su bestie para siempre e irte de compras con ella o invitarla a cenar con tus tíos para que los incomode con el primer comentario desagradable que haga sobre ropa interior. Su estilo para rapear también es muy diferente, si bien puede no tener esa cadencia que tanto nos gusta de Nicki, si tiene un sello que te hace sentir mucho más en familiaridad y puedes hasta llegar a creer que es muy fácil seguir su voz en el track. Celebro a Cardi B, celebro que tenga el éxito que está teniendo pero seamos justos con ella y no dejemos que la explosión de su fama nos haga creer que es “la siguiente alguien más”
Pero bueno, no discutamos (o si) pero quitémonos esta sensación de pelea con su nuevo graaaaan éxito a un lado de Bruno Mars que nos seguirá haciendo bailar como El Principe del Rap hasta el verano