El Año Dual entre México y Alemania nos trajo muchas cosas; ciclos de cine, exposiciones en diferentes museos de la ciudad, e inclusive un par de espacios en los que se impartieron talleres para desarrollar la creatividad mexicana. Fue un año increíble, pero desgraciadamente tiene que llegar a su fin, y con ello, todas las inicitaivas que se crearon para festejarlo.
Una de las iniciativas que más nos duele que desaparezca es Hertzflimmern, una iniciativa del Instituto Goethe y Rockets que tenía como propósito unir los sonidos electrónicos tanto de México como Alemania, para que así hubiera una especie de sincretismo. Aunque fuera sólo por una noche. Y lo lograron.
Después de nueve ediciones, y más de una decena de actos de todo el mundo, especialmente de Alemania y México, las noches Hertzflimmern terminaron. La novena edición fue la última, y no podríamos estar más tristes por ello; no sólo porque se termina una bonita plataforma de música electrónica en la capital, sino porque esta última edición estuvo increíble, lo que sólo le suma tristeza a nuestra depresión.
El Casino Metropolitano en el Centro Histórico de la Ciudad de México fue la sede de éste último concierto, y los inivitados no pudieron haber sido mejores. Todo empezó con Blakks, un dúo de la Ciudad de México que hace techno con toques de minimal wave. Desgraciadamente, la gente aún no llenaba el lugar, y no porque no hubiera suficientes invitados, sino porque nadie llegó temprano.
La siguiente en llegar fue Demian Licht, una mexicana que literalmente se transforma en techno. Una vez que se subió al escenario, Licht bailaba al ritmo de la música que ponía, y como poseída por su propia música, se emocionaba, gritaba y movía su cuerpo de un lado al otro.
Después de unos 45 minutos del techno de Demian Licht lleno de texturas y sonidos apenas perceptibles, el Casino Metropolitano ya se estaba llenando. Poco a poco, el lugar centenario se abarrotaba y se hacía cada vez más difícil moverse.
Cuando el dúo mexicano de Zombies en Miami se subió al escenario, el lugar ya estaba lleno, y si bien la música del dúo no fue tan agresiva como la de Blakks o la de Licht; el efecto más ambiental yoscuro no decepcionó a los que estaban presentes. Pero todo mundo esperaba a los dos últimos actos.
Dasha Rush, un DJ proveniente de Rusia que describe su música como neo-romantica tejida con sueños de los seres humanos, y si éstas en drogas, una vez que escuchas lo que toca, tiene todo el sentido. Cada una de sus canciones está construída a detalle, y con cada minuto que pasa, sus temas van creciendo en complejidad y profundidad. Por eso mismo, la audiencia enloquecío cuando los sonidos mecánicos de Rush empezaron a salir de las bocinas.
Por último, David Letallier, también conocido como Kangding Ray, se subió al escenario para destrozar la percepción sonora de todos los asistentes, y por supuesto, ponerle fin a la última edición de Hertzflimmern.
Eran aproximadamente las 3:30 de la mañana cuando se subió al escenario, y cuando lanzó los primeros sonidos de su música a través de las bocinas, sabíamos que la noche no terminaría sino hasta pasadas las 6 de la mañana, y no porque esa fuera la hora designada, sino porque la audiencia lo pedía.
Así, con una juventud en éxtasis, y con invitados de primera, el Hertzflimmern llegó a su fin.
Te extrañaremos.