Keiichi Matsuda -diseñador y cineasta asentado en Londres- se dedica a estudiar las implicaciones de la tecnología emergente dentro de la percepción humana y el ambiente que nos rodea; su trabajo se centra en explorar la disolución de las barreras entre lo virtual y lo físico a partir de varias técnicas como la animación, el video, la arquitectura y el diseño interactivo. Entre sus trabajos destacan los cortos Augmented (hyper)Reality: Domestic Robocop y Augmented City 3D; ambos tienen la finalidad de explorar el futuro “mejorado” a partir de la tecnología. Como parte de esta serie, Matsuda ha lanzado Hyper-Reality: una simulación de un mundo donde la tecnología es omnipresente y esta integrada a nuestra vida diaria.
La historia esta contada desde el punto de vista de una mujer que vive en Medellin (Colombia), a partir del uso de realidad aumentada ésta se desenvuelve en una ciudad plagada de elementos visuales que incluyen ventanas de chats, aplicaciones, displays, anuncios, búsquedas existenciales e incluso una mascota virtual. A partir de ello, se crea una experiencia de saturación sensorial por medio de sonidos, flashes y gráficos animados integrados a los objetos físicos de la ciudad, sin embargo, las cosas toman un giro desafortunado cuando un hacker intenta vulnerar su cuenta en un intento por apoderarse de los “puntos” de esta usuaria.
La realización del proyecto tardó dos años y fue financiado -en gran medida- por Kickstarter; el resultado no sólo es impactante a nivel audiovisual sino que también funciona como una critica al diseño de interfaces y la tendencia de integrar múltiples elementos visuales que compiten por nuestra atención. Muchos consideran que la realidad virtual es el sucesor del smartphone, productos como el Oculus Rift y elOnePlusson la prueba de que esta tecnología es la apuesta segura con la que Sillicon Valley se mantendrá activa en los años por venir. A pesar de que las posibilidades son infinitas, Matsuda cree que cuando habitemos este mundo virtual entraremos a un modo de monitoreo constante en donde -además de sacrificar nuestra privacidad- pondremos en compromiso nuestro valor social; la intención de Hyper-reality no es plantear un futuro donde la tecnología sólo puede ser distópica, más bien su objetivo es formar un criterio sobre el efecto que puede tener en nuestras vidas y si estamos dispuestos a adoptarla.