

La realización del proyecto tardó dos años y fue financiado -en gran medida- por Kickstarter; el resultado no sólo es impactante a nivel audiovisual sino que también funciona como una critica al diseño de interfaces y la tendencia de integrar múltiples elementos visuales que compiten por nuestra atención. Muchos consideran que la realidad virtual es el sucesor del smartphone, productos como el Oculus Rift y el OnePlus son la prueba de que esta tecnología es la apuesta segura con la que Sillicon Valley se mantendrá activa en los años por venir. A pesar de que las posibilidades son infinitas, Matsuda cree que cuando habitemos este mundo virtual entraremos a un modo de monitoreo constante en donde -además de sacrificar nuestra privacidad- pondremos en compromiso nuestro valor social; la intención de Hyper-reality no es plantear un futuro donde la tecnología sólo puede ser distópica, más bien su objetivo es formar un criterio sobre el efecto que puede tener en nuestras vidas y si estamos dispuestos a adoptarla.
HYPER-REALITY from Keiichi Matsuda on Vimeo.