(500) Days of Summer, un soundtrack de vida

Dirigida por Marc Webb y escrita por Scott Neustadter y Michael Weber, (500) Days of Summer es una película que relata la historia de un chico que conoce a una chica. El chico es Tom Hansen (Joseph Gordon-Levitt) y tiene la noción de que no será completamente feliz sino conoce al amor de su vida; ello es resultado de escuchar música pop británica, así como una errónea interpretación al final de la película El Graduado (1967) de Mike Nichols. La chica es Summer Finn (Zooey Deschanel) y su visión es totalmente distinta, para ella el amor es tan sólo una fantasía. Entonces se entiende que la cinta no es un relato de amor a causa de estas discrepancias.

Pero ello es consecuencia de una visión sesgada mostrada al espectador, porque la narración transcurre desde el punto de vista de Tom Hansen. Él toma control de la crónica y presenta de manera aleatoria y desde su perspectiva, los momentos predominantes de la relación; éste nos ofrece solamente 36 de 500 días del amorío. El testimonio desordenado de Tom originará una cronología intermitente, con episodios álgidos en ciertas ocasiones y lánguidos para otros momentos. En ello la música interpreta un papel sobresaliente porque complementa a la narración dependiendo del estado anímico del romance entre Tom y Summer.

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Pero la música también juega otro papel importante: definir a los personajes. En este sentido Tom Hansen señala: “Movies and Pop songs are to blame for our lives”; su frase no es fortuita y él cree fielmente en la idea romántica del amor a causa del lirismo nostálgico de bandas como The Smiths o Joy Division. En la escena del karaoke y haciendo alusión a Summer Finn, ella canta “Sugar Town” y la melodía le da un sello definitivo a su personaje; la canción describe, en voz de Nancy Sinatra, a una chica despreocupada y libre de ataduras.

Como he mencionado, la música guía a la narración de una manera particular y da un semblante singular a cada etapa de la relación entre Tom Hansen y Summer Finn. El primer acercamiento musical entre ellos es en la escena del elevador con la canción “There Is A Light Never Goes Out” de The Smiths y en ésta, los músicos entonan: “I never want to go home because I haven’t got one, anymore”; lo anterior nos dice que Tom Hansen ha encontrado su hogar, es decir, la chica de sus sueños que lo hará completamente feliz: Summer Finn.

Más adelante en su relación y cuando él cree darle señales en torno a sus sentimientos, se escucha “Please, Please, Please Want Let Me Get What I” de The Smiths. La melodía es respuesta a la pregunta ¿Necesitas algo?, la cual hace Summer a Tom en la misma escena; y aunque Tom contesta irónicamente que ella ya sabe lo que él necesita, en sí su respuesta es la canción. Es decir, una súplica impaciente y desesperada a sus deseos fervientes; o en otras palabras: “so for once in my life let me get what I want. Lord Knows, it would be the first time”.

Posteriormente en los primeros días del romance, se escucha “There Goes The Fear” de Doves y “Sweet Disposition” de The Temper Trap; en ellas se refleja el entusiasmo, frescura y alegría de su incipiente idilio gracias al sonido y lirismo de las melodías. Sin embargo lo que éstas representan es la transición de la esencia melancólica de Tom Hansen, hacia una optimista; ya no será el tono nostálgico de The Smiths sino simples canciones de amor.

Así como estas canciones reflejan la simplicidad del amor en donde la persona se redescubre a través de la pareja, aquellos primeros días cuando el tiempo es insuficiente y las confidencias son la orden del día, también escuchamos melodías que nos indican el ocaso de un amorío y las complejidades del querer a un prójimo. Mientras en una escena Tom demuestra su pasión frenética con una canción simple en cuanto a lírica pero con gran ritmo en el piano como “You Make My Dreams” de Hall & Oates, justo la siguiente toma se observa al protagonista en un punto de quiebre. El sueño de Tom de encontrar el amor de su vida, como pronosticaba el sencillo del dúo norteamericano, empieza a desvanecerse.

Fragmento de la película (500) Days of Summer

“Quelqu’un m’a dit” de Carla Bruni es la elegida para evidenciar lo incuestionable: las perspectivas de vida tan diferentes del uno y del otro abrirían brechas enormes entre ambos; en la melodía, la intérprete se cuestiona reiteradamente si cierta persona aún la amaba y ello plasma la idea aferrada de Tom de rescatar lo perdido. O en otras palabras, de regresar el tiempo a la época de gloria a inicios de la relación.

Pero pronto su mundo se derrumba por completo en el momento cuando la realidad reduce al silencio a las expectativas al enterarse que Summer, a pesar de los pronósticos, está comprometida; ante esto podría citar a Regina Spektor y decir: “No one’s got it all”. Actualmente se tiene la noción de que el planeta se encuentra a nuestra disposición, no existen los límites ni las fronteras; somos los superhéroes de la historia. Pero la evidencia demuestra lo contrario: no sabemos sobrellevar la frustración, el fracaso y la desilusión a causa del estado de confort al que estamos acostumbrados. No somos ni héroes ni muchos menos dioses, tan sólo unos mortales y un paradigma universal lo demuestra: nadie, absolutamente nadie lo tiene todo.

El fin de la relación entre Summer y Tom es enmarcada a la perfección con “Bookends” de Simon & Garfunkel y en específico, con la frase: “Preserve your memories. They’re all that’s left you”; en el tiempo que suena la canción, Tom recuerda no sólo los momentos positivos a los que se aferraba, también los negativos y los cuales le dan entender que no eran el uno para el otro. En ello radica la moraleja de la película: no somos más que un cúmulo de recuerdos; o para ser específico y en memoria de Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.

(500) Days of Summer es un testimonio afín de nuestra época de las relaciones amorosas en donde ya no importan los códigos sociales, las jerarquías económicas o las inhibiciones personales como en el pasado, sino lo primordial son los deseos íntimos a cumplir. Y aunque la idea surge de una problemática actual, la película es una oda a la cultura retro y vintage; ello se observa en la vestimenta y escenografía, pero también el film se encuentra plagado de referencias a clásicos musicales, cinematográficos y programas de televisión.

A pesar de ello creo que la cinta, más que ser un soundtrack de una relación, es un playlist de vida; llego a esta conclusión gracias a una frase de Belle and Sebastian que cita Summer Finn: “Colorea mi vida con el caos de los problemas”. Hoy en día nos personificamos, desenvolvemos y relacionamos gracias a la música, ésta le da un cierto color a nuestras vidas; a veces la existencia es de colores cálidos en los momentos felices, desvaído para tiempos insignificantes y grisáceos para épocas de ocaso.

Sin importar si tiene o no pareja, le preguntare: ¿Y cuál es su playlist actual que represente el pigmento de su vida? 

Por Andrés

No soy historiador.

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