Revancha: Ego Death de The Internet

Durante las últimas semanas, el rumor del nuevo disco de Frank Ocean llevó a miles de fanáticos a estar pegados a las redes sociales. Lo anterior es solo una muestra de la importancia del soul en esta generación. La fiebre por el soul contemporáneo se puede asemejar al movimiento de artistas de finales de la década de los noventa: Erykah Badu, Common y compañía formaron una escuela de sonidos tersos con voces llenas de pasión.

The Internet es uno de los fenómenos más importantes en la actualidad; a pesar de que fue parte del mismo crew que Frank Ocean, algún público no se tomó la molestia de escuchar su último álbum de estudio: Ego Death. Liderados por Syd The Kyd, The Internet es una banda de neo soul y hip hop que en un periodo de tres semanas en un sótano de California, dieron vida a 12 tracks que conforman Ego Death: una grabación que desborda sensualidad, en donde expone lo más profundo de las emociones humanas.

Cada canción de The Internet explora las diversas fases de las relaciones: desde el enamoramiento, la cuestión sexual y hasta el dolor de tener el corazón roto. La esencia de este álbum radica en dejar atrás la cursilería para agarrar camino hacia el sentir, en lugar del amor como concepto. Otro factor a recalcar es la seducción basada en un trip de ego, en toda esa atracción que generas cuando logras fama y dinero.

El deseo carnal es un ingrediente fundamental en todo el disco y aunque se encuentra de manera explícita en muchas de las letras, el mérito es de la voz erótica de Syd que se acopla de maravilla con las líneas de bajo candentes y teclados; ésta se sienten como un susurro al oído que provoca un mar de sensaciones.

De cierto modo, Ego Death es una prueba del empoderamiento de las mujeres en las relaciones modernas; es un disco donde una chica expone sus más ardientes deseos a otra chica, sin ataduras, sólo por el placer de tener el control de la situación. Mientras Frank Ocean continua sacando discos, The Internet calentó de buena forma los oídos de los fanáticos del soul, tanto que cualquier chispa los puede hacer arder.