La impresión a simple vista de Future Islands podría ser desalentadora: tres hombres de mediana edad -uno con ligero sobrepeso, otro sufre inicios de calvicie y el último quizás supera 1.50 de altura que se podría comparar con su timidez- y visten a la vieja usanza, sin embargo, esta infortunada descripción de la banda no manifiesta su esencia. Tenemos que retroceder al año 2006 y en la Universidad de Carolina de Sur, donde surgió el proyecto teatral universitario Art Lord & the Self Portraits el cual se mofaba –irónicamente- de la creación de las celebridades artísticas y su narcicismo; este proyecto fue el antecedente de Future Islands.
Samuel T. Herring –vocalista- quien inició su carrera musical escribiendo unos versos para Hip-Hop e ideas sueltas en poemas, William Cashion –bajista- graduado en la carrera de pintura y dibujo y J. Gerrit Werlmers –sintetizadores- quien comenzó tocando la guitarra y soñaba de pequeño con ser Randy Rhoads (guitarrista de Quiet Riot), se juntaron para formar Future Islands y su destino fue sumamente peculiar. Tras más de diez años en exhaustivas giras en su vagoneta por todo Estados Unidos sin tener muchos réditos, un desgaste físico y emocional descomunal y tres discos editados –Wake Like Home, In Evening Air y On the Wather-, su música empieza a resonar en nuevos horizontes y oídos.
Su espontaneo éxito –tras su aparición en Late Show with David Letterman- podría considerarse como un accidente pero esta simple apreciación podría tacharse de ambigua, ya que su popularidad es a consecuencia de su naturalidad en sus canciones y su espontaneidad en el escenario. La dualidad de Future Islands es simple: mientras sus melodías relatan nostalgia, la pérdida, rupturas amorosas, la añoranza a un hogar lejano, en el escenario se da un estado catártico por Herring con sus bailes excéntricos, sus constantes golpes en el pecho, señalamientos al público y estruendosos gritos guturales –los cuales no son intencionales, sino a consecuencia de lo deteriorada de su garganta por las giras y cigarrillos y al no alcanzar las notas saca su frustración con este grito estrepitoso-.
Samuel T. Herring –quien tuvo de influencias a Marvin Gaye, Sam Cooke, James Brown y The Supremes- cree imposible trasmitir por medio de una canción todo su sentir, entonces muestra con su cuerpo, cara y a través del movimiento lo que no puede con las letras y, justamente, logra su cometido ya que la catarsis se puede ver en el público que baila, intenta imitar sus gritos guturales, se divierte o se deprime, hasta más de uno ha intentado en la ducha imitar los pasos de baile tan característicos de Herring.
Future Islands se ha considerado una banda de ruptura por sus canciones de desamor pero –quizás- ellos son una ruptura en sí, han dejado a los amigos, familia, parejas y el hogar atrás para dedicarse por completo a la música; esta banda es un símil entre tantas, quienes han abandonado todo para dedicarse a la música sin importar la ruptura personal que ello conlleva. Las bandas independientes han corrido este riesgo pero ahora piden espacios para ser escuchados, toca –por el momento- al público romper con los estereotipos comerciales y ver el lado B de las bandas. Future Islands impresionó a propios y extraños por su agradable y sincera música, quizás su éxito es un síntoma de un público ansioso por consumir música diferente, pero claro ésta no llegará sola; la presentación de Future Islands en el Nrmal 2015 dejó satisfechos a más de uno pero con un deseo desenfrenado de su regreso a México. Mientras tanto, nada mejor que ponerse en forma con Samuel T. Herring y sus clases de Aerobics.